Almería, vida y luz
Los de aquí, los llamados nativos, nos ponemos a la sombra, los Otros, como dice Ryszard Kapuscinski, al sol. En este caso los Otros son los que vienen a Almería del norte de Europa, en resumidas cuentas de lugares fríos. Es curioso observar este comportamiento dependiendo del hemisferio de donde procedas.
La luz cegadora de Almería es tan potente, también gracias a los parajes que la rodean, semi-desérticos, que hacen de enormes reflectores, que te embriaga, te duele. Me comentó un buen amigo muy cercano al mundo de la fotografía que en un proyecto fotográfico sobre Almería al que invitaron a varios fotógrafos, algunos extranjeros, los hubo que declinaron la invitación –es mi opinión- debiera ser por esa luz… o no.
Durante muchos años he ido fotografiando esta ciudad, sobre todo en los meses de agosto, curioso, y aparte de sudar en demasía, me lo tome como un reto; por esa luz y por Almería. Una ciudad repleta de vida con una idiosincrasia particular y atrayente donde el aire mediterráneo lo impregna todo como ese sudor húmedo que no te abandona nunca en los meses de agosto.
Localización: Almería (España)